jueves, 14 de mayo de 2009

Copiado del Lazarillo de Tormes

Eran las dos, y mi amo no venía.
Como mi hambre era cada vez mayor, cerré la puerta y puse la llave donde me dijo.
Acto seguido me dediqué a pedir pan por todas las casas, con voz baja y enferma.
Y lo hice tan bien que, antes de que el reloj diese las cuatro, ya tenía otras tantas libras de pan en el estómago, y más de otras dos ocultas en las mangas y en el seno.
De regreso a casa, pasé por la tripería, y pedí limosna a las mujeres que allí vendian. Una mujer, compadecída de mí, me dio un pedazo de uña de vaca y unas pocas tripas cocida.
Cuando llegué a casa, ya estaba en ella el bueno de mi amo.
Había doblado su capa, la habia puesto encima del poyo de piedra y el estaba paseando por el patio.
Creí que me iba a reñir por haber tardado tanto, así que me excusé:
-Señor, hasta que dieron las dos estuve aquí. Y como vi que no volvía, fui a pedir por las casa, y me han dado esto.
Y le enseñe el pan y las tripas.

1 comentario:

  1. Tu blog está muy bonito. Ha,¿vas ha poner algo aparte de lo que mande Beni?

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